TENDÓN DE AQUILES: LESIONES Y TRATAMIENTOS
El tendón de Aquiles, también conocido como tendón calcáneo, es el tendón que conecta el músculo de la pantorrilla en la parte posterior de la pierna con el hueso del talón. Es una banda resistente de tejido fibroso que permite que el músculo de la pantorrilla mueva el pie y es esencial para caminar, correr y saltar. Es el tendón más fuerte y más grande del cuerpo, lo que le permite soportar la tensión causada por el movimiento y soportar el peso del resto del cuerpo. A pesar de esta fuerza, las altas tensiones constantes que soporta y su limitado suministro de sangre significan que puede sufrir diversas lesiones, cómo tendinitis o rotura.
La sobre carga del tendón está a la cabeza del origen de las lesiones en esta zona anatómica, y puede asociarse a dos vertientes distintas, la deportiva y la laboral:
Trabajos de presión continuada. Es el caso de camareros, carteros, mensajeros, repartidores, y comerciales, que pasan jornadas completas de pie, ya sea en estático o caminando.
Y a personas que practican deportes donde se fuerza mucho el talón, como correr, saltar, el tenis, el baloncesto, el patinaje artístico, el esquí y el baile.
Los deportistas, habitualmente atletas, que incrementan la cantidad de kilómetros de entreno, pasando demasiado rápido de distancias asumibles por el tendón a distancias mayores. También los nuevos corredores (running) que se saltan el proceso de adaptación y empiezan desde el primer día a correr las mismas distancias que los atletas entenados y acostumbrados. En ocasiones este tipo de lesiones surgen por la vuelta a la rutina deportiva tras largos períodos de descanso. En la práctica de ciertos deportes aparecen movimientos bruscos que no son del todo controlados. Es el caso de los deportes de velocidad de reacción, como los de raqueta (tenis, pádel, etc), fútbol, o rugby. Son deportes en los cuales se generan situaciones de aceleraciones máximas en cortos espacios, como el gesto de un regate en fútbol, o llegar a una dejada corta en tenis. En estas acciones de arrancada explosiva desde una posición de espera, el tendón es sometido a una sobrepresión debido a la violencia de la contracción, y puede llegar a lesionarse gravemente.
Es interesante mencionar que correr o andar cuesta arriba hacen que el tendón de Aquiles se encuentre en situación constante de elongación, y el trabajo desde esa posición provoca un mayor esfuerzo y, en definitiva, una mayor probabilidad de aparición de la lesión. Y una superficie dura (asfalto, pistas de cemento) resulta más cargante que una superficie blanda, debido al efecto amortiguador. Todo lo que no absorba el terreno lo absorberá la musculatura y, por extensión, el tendón. Por otro lado, un terreno irregular (camino pedregoso, correr por la playa…) incorpora el componente de la inestabilidad, que tiende a compensar y reducir la articulación del tobillo, siendo el tendón de Aquiles uno de los mayores implicados en esta labor de estabilización.
Cuando aparece la lesión y permanece sin tratamiento, el dolor persistirá y puede resultar en un desgarro completo del tendón de Aquiles, que a menudo requiere de cirugía y posterior fisioterapia para repararse. Dicho tratamiento para la recuperación del tendón de Aquiles aborda el dolor y la inflamación del área afectada y cualquier falta de fuerza, flexibilidad o control del cuerpo. Tú fisioterapeuta trabajará para pautar el tratamiento especifico para recuperar la que haya sido tú lesión con:
Manejo del dolor: se pueden implementar muchas estrategias de alivio del dolor como aplicar hielo a la zona, utilizar un aparato ortopédico, aplicar electroterapia y/ ultrasonido terapéutico.
Recuperación del rango de movimiento: tu tobillo, pie o articulación de la rodilla pueden estar moviéndose incorrectamente, causando una mayor tensión en el tendón de Aquiles. Las técnicas de auto-estiramiento y terapia manual aplicadas a la parte inferior del cuerpo te ayudarán a restaurar y normalizar los movimientos del pie, tobillo, rodilla y cadera.
Ejercicios para la fuerza muscular: los desequilibrios musculares pueden resultar en una tensión excesiva en el tendón de Aquiles. Según tu condición específica, tu fisio diseñará un programa de resistencia individualizado y progresivo para tus extremidades inferiores.
Terapia manual: mediante estas técnicas específicas, el fisio mejorara el movimiento de las articulaciones de tus miembros inferiores.
Entrenamiento funcional: una vez que el dolor, la fuerza muscular y los movimientos mejoren, el entrenamiento funcionará con seguridad hacia actividades más exigentes. Tu fisio diseñará una serie de ejercicios que te ayudarán a aprender a usar y mover tu cuerpo correctamente.
Educación del paciente: tu fisioterapeuta identificará y establecerá planes para abordar cualquier posible factor externo que te esté causando dolor ,como un calzado o ejercicios inapropiados.